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6/8/15

   ¿Qué le pasa a mi mente? Debe ser que ya no conecta con el corazón; porque yo siento y no escribo, vivo, y no escribo, miro y no escribo, haga lo que haga, no escribo. Y no es que no haya razones, puedo escribir sobre el amor, sobre el miedo, sobre sueños y sobre música, como siempre, Pero ya esas palabras no tienen sentido o suenan demasiado bastas como para compartirlas. Muero de ganas por escribir, sentir como salen las palabras de mi mente y se dibujan en el papel o la pantalla; echo de menos leer lo que he escrito y pensar: "Me gusta, quiero que mas gente lo lea."
    Pero no sale. Ni siquiera esto que estoy escribiendo ahora me gusta. Me obligo a escribir porque sé que si no lo hago olvidaré lo que se sentía, cómo era y hasta puede que pierda mi magia. O quién sabe si ya la perdí.
   Leo para inspirarme, bebo de los libros, absorbo las letras como una esponja, pero no sirve, no funciona.
   Me gustaría escribir algo bonito sobre el sol, cómo aclara mi pelo y oscurece mi piel, cómo ilumina mis ojos y hace más limpia mi sonrisa. Hablar sobre la manera en la que las nubes lo tapan dejando caer finos rayos dorados sobre el mar, dejándolo a este brillante en donde da y oscuro en donde no. Sobre los colores que obliga al cielo tomar, rosa, lila, amarillo, naranja, azul... Todos a la par en cualquier atardecer. También sobre cómo quema en la piel y lo bien que sienta cuando llega la brisa que agita el pelo y que te recuerda varias razones por las que estar vivo, como sentir el calor y el frío. Esa brisa que se convierte en viento y hasta puede llegar a empujarte en donde menos te lo esperas, ese viento que revuelve el cabello y hace que sea látigo, y que así de pequeños pero fuertes toques en la cara, ese viento que congela las mejillas que te hace estirar los brazos deseando volar. Sobre la arena ardiente, el frescor salado del mar y el olor que se queda impregnado en mis pulseras. Escribir del placer de tenerlo a él y a todas ellas, del dolor tan dulce que ha sido crear los callos  de las puntas de mis dedos por tocar la guitarra, de la pena que me da que quien me enseñó se vaya, y de lo orgullosa que estoy por seguir avanzando; de los discos nuevos que tengo y los diseños que he hecho, sobre que me ha dado por tunearlo todo a mi manera, más que de costumbre. Sobre el olor a campo, a tierra. Sobre cómo echo de menos a dos personas y las risas que me pego otras tantas. Sobre los secretos que ocultan las paredes de mi habitación, también del libro que me estoy leyendo y sobre lo ilusionada que estoy con el taller al que voy a empezar a ir, por haber hecho bien una receta y de la canción que está naciendo y empieza en re.
   Pero eso es lo que puedo hacer ahora, escribir mis ideas y cómo añoro escribir, escrbir canciones y patrones, escribir listas de lo que quiero hacer, de películas y de mis obligaciones. Por ahora solo puedo pedir perdón, por buscarme y no encontrar nada. Pero qué se le va a hacer, si he estado en reformas sin saberlo. 
Aquí he vuelto,
Disculpen las molestias
@miribehappy

5/10/14

Esto A Lo Que Llamamos Humano

  He podido descubrir en mi corta vida ambos lados del mismo espejo. 
  He visto la peor parte de esto a lo que llamamos humano, esa que destruye todo a cada paso que da, que quita, miente y hiere hasta no poder más. Esa horrible parte que lo contabiliza todo, hasta las gracias que da en un día, esa que nada más verla quieres llorar, que muere en vida y que lo más preciado que tiene se mide con ceros y papel, y de hecho, cuantos más mejor. Encierra lo que siente, esconde secretos aún más horrorosos que su misma naturaleza triste y negra. En este lado te lo encontrarás todo cubierto de máscaras intentando mostrarte algo que no son. Esta es la parte que se cree lo más grande e importante, que crece al empequeñecer lo de alrededor. Solo esta parte es capaz de no poder nada bueno de sí, es repetitiva, idéntica en cada una de las personas que habita.
  Pero es que también he visto esa parte tierna, esa en la que piensas y te sale una sonrisa. La parte capaz de crear la más bellas de todas las melodías, la que besa y abraza, esa la que da la vida. He admirado los ojos más alegres del universo, y eso que aún están por existir, por llegar. Esa parte que es capaz de mirar al cielo y sorprenderse ante las nubes. Los secretos que esta parte oculta son aún más puros que el agua, secretos inocentes sobre quién vio primero a quién, qué sonrisa salió antes o por qué hay una raya en esa pared en donde te escondiste al jugar aquella vez. Esta es la parte que protege todo lo que encuentra y le da sentido a su existencia, es la que en cada pequeña cosa encuentra algo digno de admirar, de ser cuidado, algo a lo que amar.
 Y lo mejor de esta bella parte, lo mejor, es que es única en cada ser al que llamamos humano.
Y me hace pensar que puede que a pesar de todo, puede que no seamos tan malos.

7/6/14

Tengo miedo, del miedo.

   Simplemente, es eso. Me da miedo el miedo; me dan miedo los cambios, me da miedo como el tiempo pasa y no puedo hacer nada para frenarlo un poco; me da miedo la realidad, me da miedo no conseguirlo, me da miedo perder a los que quiero. Tengo miedo de las cosas más absurdas, hasta de lo más complejo de este universo. Le tengo miedo a la vida, tanto como a la muerte; le tengo miedo a lo desconocido.
   Tengo miedo de que este miedo irracional con el que vivo alguien lo descubra y me lo intente quitar; mi miedo es mío.
   Y es que hubo una vez que el miedo era mi aliado, mi amigo; pero hoy no hace más que asfixiarme. Me encierra en una jaula de la que no puedo salir y delante mía, el miedo, hace que pasen las pruebas. Pruebas de que soy miedosa, de que no me gustan los cambios, de que no lo conseguiré. Y puede que lo que más miedo me dé, sea eso, que no lo conseguiré.
   Este miedo me bloquea, me impide avanzar. No sé que hacer. No puedo ni escribir ni cantar. Nada, es que no sirve de nada.
   Sal de mi cabeza.
   Música. Eso es lo único que me calma. "Give Me Love" a todo volumen.
   Se marcha.
   Me fijo en mis dedos, cómo se mueven por el teclado, ni siquiera sé lo que estoy escribiendo, yo solo lo hago. Me han dicho que eso es bueno.
   ¿Y si el miedo solo se queda en eso, en miedo? ¿Y si no me sirve de nada estar tan agobiada por nada? ¿Y si al final termino donde no quiero...?
   Solo pido que me sea útil.
   Miedo, vuelve a ser mi amigo, únete a mí, vuelve a ser mío. Hazme volver a ser la niña que encendía todas las luces de la casa por la noche para no estar a oscuras. Haz que mis cosas revivan cuando estoy sola, para no tener la sensación de estarlo. Vuelve a ser mi aliado. Combate conmigo, no contra mi, por favor. Verte así me destroza.
   ¿Lo entiendes? Ayúdame a entenderlo. Miedo, no quiero seguir teniéndote miedo...
   Haz que me caiga por tu culpa como solías hacer, hazme sentir inútil como lo hacías. Antes te funcionaba. Lograbas que cogiera fuerzas, que me levantara y que luchara.
   ¿Por qué has cambiado? Por eso les tengo miedo. Nada suele ser bueno tras un cambio.
   He repetido tanto tu nombre que ni tiene ya sentido... Miedo.


   Supongo que solo necesitaba escribir los pensamientos tan perfectamente desorganizados que tengo, pero solo pido una cosa, quiero dejar de tener tanto miedo, y volver a tener ese único y tan pequeño...