A Diez Centímetros De Ti - Capítulo 5

CAPÍTULO 5
    Y aquí estoy, una mañana más en la capilla del hospital. Suena extraño, pero sí.
    Estoy sentada en un banco preparando mi garganta, pues quedan varias horas para la revisión. Tanto hoy como todos estos días estoy nerviosa por ver como sueno. Tengo miedo de que se me vaya la voz y no vuelva, como cuando desperté. Es un poco molestón que la mayoría de las cosas que recuerde sean de después del accidente,... pero que se le va a hacer.
Pocos días después de despertar...
-Hola... Sara, ¿verdad?
-Ajam.- le responde la chica a la enfermera que le trae la comida.
-¿Qué tal te encuentras Sara?
-Bueno... Sentada, ya que si me levanto me mareo y pueden pasar dos cosas: que vomite o que me desmaye, lo cuál es súper divertido. Y no me acuerdo de la mayoría de mis amigos, lo cual es aún más divertido. En serio, deberías probarlo.
    La enfermera sonríe un poco y niega levemente con la cabeza; hay cada paciente con el que tiene que tratar... Pero sabe que esta chica no es como esos viejos cascarrabias que solo quieren más sopa. 
    Sabe que es Sara, la chica a la que atropellaron y dejaron en coma (normal, con el golpetazo y el coche tan grande que era...) y que ha sufrido una perdida horrible de memoria. Es comprensible que a veces se ponga así, que no quiera hablar y que simplemente desee estar con su familia y con los amigos que no recuerda.
-...Perdón, es que hoy me... "Levanté"- se disculpa haciendo el gesto de las comillas- con el pie izquierdo.
-No pasa nada, lo entiendo.- responde la enfermera con una dulce sonrisa, lo que hace que Sara se sienta peor.
-En serio, perdón. Pues... Estoy bien. Y tú... ¿cómo te llamas?
-Laura.
-Encantada- dice Sara con una sonrisa sincera. Ya ve Laura que la chica es como ella pensaba.
-Te voy a traer sal, que me han dicho que el puré está soso.
-¿A que sí? ¡Lo sabía! Me decían que estaba loca pero lo sabíííííííaaa
    Las dos chicas ríen mientras Laura sale a por la sal que le acaba de prometer a Sara.
~
    Han pasado varios días y cada vez se llevan mejor. Cuando a Sara no le dejan tener visita  es Laura quien está con ella y la acompaña para que no se aburra. Ha visto como día tras día va mejorando y Sara le cuenta las cosas que va descubriendo sesión tras sesión tras sesión sobre las cosas que hizo con sus amigos. 
    De hecho ahora le está contando una anécdota muy graciosa de una vez que Andrea y ella fueron a casa de Lucía para ver la final de un concurso y que más tarde se quedaron a dormir. Me dice que ella sola, sin ayuda, recordó que tuvo que correr junto a Andrea por la calle para ir en busca de su ropa a su casa, y que luego volvieron también corriendo porque llegaban tarde para ver aquella final. Pero es que, por lo visto, lo más gracioso era que cuando llegaron, todavía quedaban cinco minutos para que empezara.
-Y es que creíamos que llegábamos tarde porque, por lo que Andrea me dijo no paramos de reírnos por el camino y ni siquiera teníamos reloj... Jajajaja
-Me lo imagino jajajaja
-Ah y las chicas me han contado que Katy Perry ha sacado una nueva canción, ¿sabes cuál te digo?
-Sí... creo que sí.
-Qué guay, ¿y cómo es?
-Es algo así como: nanaraaanananaraaa...
-...¿Qué?
-Déjalo, es que esto de cantar se me da muy mal- dice laura sonrojándose un poco.
-Pues tendré que escucharla más tarde... Bueno... Hablando de música y de cantar...
-¿Sí? ¿Qué pasa?
-Bueno... Es que...- dice Sara con un poco de vergüenza.- Desde que me desperté del accidente no canto, y lo necesito, de veras que necesito cantar para sentirme bien y contenta.
-Pero Sara... Sabes que es malo para ti, que los médicos te han dicho ya que no debes hacer esfuerzos.
-me da igual lo que digan los médicos Laura... Yo me conozco bien, y sé que me hará mejor cantar que no hacerlo. Solo necesito un sitio en silencio y tranquilo... Te prometo que lo haré poco a poco, sin forzarme demasiado, sentada, ¡no correré ningún riesgo! Por favor...
-Bueno... Te buscaré un sitio, pero tienes que prometerme que tendrás cuidado. Si empeoras en las pruebas que te vayan haciendo lo dejas y desde entonces harás caso a exactamente a lo que te digan, sin cambiar nada. Por favor.
-¡¡GRACIAAAAS!! Eres la mejor- le agradece la chica con la sonrisa más grande que puede mostrar.

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